El peligro comunista en la revolución de abril: ¿Mito o Realidad?

El peligro comunista en la revoluci n de abril Mito o Realidad Qu informaci n recibi Lyndon Johnson de la CIA el Departamento de Estado y otras fuentes entre el y el de abril incluyendo a trav s del tel fono que lo motivase a una decisi n tan trascendent

Qu informaci n recibi Lyndon Johnson de la CIA, el Departamento de Estado y otras fuentes entre el 24 y el 29 de abril, incluyendo a trav s del tel fono, que lo motivase a una decisi n tan trascendental como el env o de tropas a un pa s latinoamericano donde no hab an estado desde hac a treinta y un a os Hasta d nde la informaci n recibida sobre la influencia comunis Qu informaci n recibi Lyndon Johnson de la CIA, el Departamento de Estado y otras fuentes entre el 24 y el 29 de abril, incluyendo a trav s del tel fono, que lo motivase a una decisi n tan trascendental como el env o de tropas a un pa s latinoamericano donde no hab an estado desde hac a treinta y un a os Hasta d nde la informaci n recibida sobre la influencia comunista durante esos seis d as y, espec ficamente, entre el 24 y el 29 de abril, y que cita detalladamente, lo que estaban haciendo 56 izquierdistas dominicanos, result ser cierta Igualmente, hasta d nde fue correcta la informaci n relativa a atrocidades de las cuales ser an culpables los grupos constitucionalistas En resumen, hasta d nde la realidad justific la decisi n de Lyndon Johnson, o hasta d nde recibi , debido al ambiente de guerra fr a y el miedo a una segunda Cuba , informaci n exagerada, tendenciada o simplemente falsa Esa decisi n de Johnson determin el futuro de la Rep blica Dominicana Fue casi tan importante como la decisi n de Antonio de Osorio de ordenar las devastaciones a principios del siglo XVI Se ha sugerido que el objetivo principal de este libro es innecesario, porque los dominicanos saben que la revoluci n nunca estuvo controlada por las izquierdas y, adem s, porque ya eso ha sido probado en obras y art culos publicados poco despu s de la intervenci n militar La verdad, sin embargo, es que muchos dominicanos pensaron y siguen